martes, 15 de febrero de 2011

46/365

Prefiero querer a poder,
palpar a pisar,
ganar a perder,
besar a reñir,
bailar a desfilar
y disfrutar a medir.

Prefiero volar a correr,
hacer a pensar,
amar a querer,
tomar a pedir.
Antes que nada soy
partidario de vivir.

Joan Manuel Serrat

Y sin embargo hoy, cuando fui a buscar a Anita a esgrima y ví cómo este nene tan chiquito hacía un esfuerzo por ordenar su equipo de acuerdo a las reglas y por seguir los consejos de los entrenadores me asaltó la duda... qué es mejor para nuestros hijos? la libertad absoluta? Los límites? La libertad limitada? Mmmmhhh... No sé, creo que me quedo con lo segundo en la convicción de darles paredes acolchonaditas... pero paredes... qué difícil!!

5 comentarios:

  1. sin duda, hija... sin duda.

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  2. Lo lindo es que de a poco, aprendemos a darles herramientas para que se construyan ventanas y puertas... (aprenderemos???)

    Marcela V.(admiradora del blog)

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  3. A menudo los hijos se nos parecen, asi nos dan la primera satisfacción...cargan con nuestros Dioses y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir....Nada ni nadie puede impedir que sufran,que las agujas avancen en el reloj,que decidan por ellos, que se equivoquen,
    que crezcan y que un día nos digan adiós.
    ES ASI AMIGA...YO TAMBIEN ME QUEDO CON LO SEGUNDO Y LAS PAREDES ACOLCHONADITAS!!!
    BESOS, VALE

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  4. es natural en el hombre traspasar los limites pero finalmente es eso: un limite que nos permita traspasar otro y descubrir mundos nuevos y poder observar desde ahi; creo que el limite es una pared que nos sostiene aunque sea un momento de algo que desconocemos...
    la negra

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  5. Sin dudas me quedo con los límites porque a partir de los nuestros sabrán elegir los propios... al menos eso espero.Karina

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