En casa hay olor a nuevo, está todo listo... mañana las nenas empiezan las clases y yo me acuerdo de mis comienzos de año escolar... el portafolios de cuero con hebillas, los zapatos Kickers que me compraba mi abuela Raquel, el guardapolvo Arciel y las galletitas colegiales con el vasito plegable para el recreo... qué hermosa época!
No me gusta ver tantas grúas en mi ciudad... me acostumbré a las delicias de vivir en un lugar chico, con costumbres pueblerinas... qué va'cer...
Hoy llamó mi hermano. Estaba en su casa con Pauli, Juani y Ramiro. Nosotros 4 también estábamos en casa. Me dijo que tenían ganas de vernos con la camarita. Y me contaron que planean venir pronto... Hoy a través de esa camarita fui la persona más feliz del mundo. Y lloré mi felicidad como una nena chiquita.
Hoy ví estas florcitas que son del otoño... no tengo ganas del frío, pero igual me gustó verlas. Pensaba -cuando las ví- que desde que vivo en Israel aprendí a valorar más las estaciones del año. Hay algo en la cultura judía que valora lo conocido cada vez como si fuera nuevo. La cosecha, el año que se inicia, la primera lluvia del año... Me encanta haber absorbido eso.
Mis hijas jugaron mucho a los dados y a las cartas españolas -que no conocían- en estos días... una forma conectarse con mi infancia que me emociona... Jugar por jugar... Hermoso...
Casi dos meses de visitas en casa. Dos meses de grandes ollas de comida, de paseos, de besos y abrazos, de emociones inolvidables. Primero Gabi, Diego, Julia y Luli. Después Esther. Hoy de vuelta los 4 en casa intentando acomodarnos, sintiendo los huecos que dejan los que volvieron a Argentina y también la linda sensación de volver a la rutina que es –en definitiva- la vida que elegimos.
Cuando decidí empezar este proyecto del blog quise que fuera una foto por día. Y así fue. Tengo una foto de cada uno de los días que se fueron sucediendo hasta hoy. Pero prefiero retomar mi contacto con este espacio que amo de una forma placentera, porque para eso fue creado. Y por eso decidí no subir fotos atrasadas con epígrafes de sentimientos que ya me pasaron en días anteriores. Retomo hoy, lo siento más auténtico, aunque por unos días me haya salido del encuadre. Sé que me van a entender… Gracias! Laura
Ana esperó años este momento... entrar en Yad Vashem -el Museo del Holocausto-. Hoy pudo. Y miró, y se conmovió, y escuchó, y corroboró lo que es el horror humano... Cuando salimos apurados por un guardia de seguridad porque cerraban el lugar dijeron con Juli: "-Acá queremos volver". Qué hermosas...
Hoy fuimos a escuchar la Petite Messe Solenelle de Rossini en la Opera de Tel Aviv con Gabi y Diego... qué lujo...
Hoy cuando compartí este atardecer pensé en el día que lo comparta con Martín, Pauli, Juani y Rami... está bueno esto de ir cumpliendo suenos de a poco porque todo parece más alcanzable...
Una vez más la historia de Massada, en el Mar Muerto... Es de esos lugares que cuando salís te dan ganas de leer libros de historia... qué bello...
Esta tarde en Cesarea había varias novias haciéndose fotos... esta es la que más me gustó porque parecia relajada y con ganas de ahorrarle trabajo al pobre fotógrafo con 40 grados de calor...
A pesar de haber crecido a 15.000 kilómetros de distancia, Julia y Ana se quieren como cuando eran bebés... y este año festejamos juntos el cumple de Juli en Tel Aviv.
